Mientras que la mitad de los encuestados califica a la comunicación electoral como “muy invasiva”, millennials y centennials son más tolerantes y receptivos. Los atributos negativos superan a los positivos, resaltando la falta de credibilidad y cercanía, la distorsión de la realidad y la ausencia de propuestas claras. El 77% de los encuestados aseguró no sentirse representado.
Entre los puntos positivos, se destaca la claridad del mensaje. En menor medida, creatividad e información relevante.
En cuanto a los medios de difusión e impacto, la televisión continúa siendo la principal fuente de consumo de pauta política, pero las redes sociales ocupan un lugar predominante entre los jóvenes.
ALGUNAS CIFRAS DEL MUESTREO:
¿Le gustan las propagandas relacionadas con la campaña electoral?*
¿Dónde presta atención a la propaganda política?*
Sin dudas el dato más destacable de este estudio es la incorporación del público centennial al universo de electores, con una gran inclinación por los asuntos políticos y ciudadanos.
*Fuente: Consultoras D´Alessio Irol y Berensztein